En este esfuerzo, en la década de los 70´s del siglo pasado, emerge el enfoque de la Nueva Gestión Pública, para intentar satisfacer la demanda ciudadana en términos de eficacia, eficiencia y transparencia de la administración pública. Posteriormente, dentro del enfoque de la Nueva Gestión Pública, surge la Gestión para Resultados, y es ahí justamente, donde nacen los conceptos de presupuestación por resultados y evaluación del desempeño. En la actualidad, la mayoría de los gobiernos occidentales y organismos internacionales han implementado la presupuestación por resultados y la evaluación del desempeño para estructurar y valorar el gasto público, sin embargo, para que ello suceda, resulta imprescindible modificar los ordenamientos jurídicos, y así otorgar legalidad e institucionalidad a la adopción de los pilares en que se sustenta la Gestión para Resultados. México no ha sido la excepción, en el año 2006 inició la ruta para mejorar la eficiencia y eficacia de los programas públicos en un marco presupuestal orientado a resultados, las entidades federativas por su parte, iniciaron los procesos para armonizar sus ordenamientos jurídicos con la federación, y actualmente transitan el camino de implementación de la presupuestación por resultados y la evaluación del desempeño a través de la adopción del Presupuesto Basado en Resultados (PbR) y el Sistema de Evaluación del Desempeño (SED).