El gobierno mexicano impulsó el turismo durante la segunda década del siglo XX a través de iniciativas de sol y playa, como aquellas que impulsaban el patrimonio cultural. En el estado de Guerrero resurgió la ciudad colonial de Taxco a fines de la década de los veinte, reconocida por su patrimonio histórico. Con la implementación de las políticas correspondientes, se realizaron acciones tendientes a mejorar la imagen urbana y la infraestructura del centro histórico a fin de poner en valor y mejorar los atractivos de la ciudad. Con el turismo se buscaba una mayor derrama económica, en donde los empresarios se apropian de los bienes históricos y fomentarían las tradiciones populares para comercializarlas. En este capítulo se revisan las distintas formas de valoración del patrimonio cultural en las ciudades turísticas, que es el principal atractivo para los viajeros. Las características formales urbano-arquitectónicas y las tradiciones locales hacen de Taxco de Alarcón una de las tres ciudades turísticas más importantes del estado de Guerrero, que desde el año 2002 obtuvo el nombramiento de pueblo mágico.