La LRA representa una complicación potencialmente mortal en pacientes críticamente enfermos con COVID-19, que a menudo conduce a un mayor riesgo de muerte. Los informes están en curso, pero la incidencia de LRA secundaria a COVID-19 es probablemente alta. Aunque la mayoría de los casos de LRA probablemente sean de leves a moderados. Sin embargo, las tasas de diálisis pueden llegar al 30% y la supervivencia puede reducirse drásticamente cuando se produce la LRA. La LRA durante el curso de COVID-19 es multifacética e involucra varios desencadenantes. Pero, se ha especulado que esto está en estrecha relación con la expresión de los receptores ECA2 (Enzima Convertidora de Angiotensina 2) en el borde en cepillo de las células tubulares proximales. Lo que hace obligado, investigar el impacto en estos pacientes. Con una cantidad asombrosa por aprender, los resultados del presente toman este desafío que requerirá de aprovechar las herramientas desarrolladas durante las últimas 2 décadas para refinar nuestra comprensión de la LRA, sus mecanismos, identificar factores de riesgo modificables y tratamientos novedosos y reducir las implicaciones a largo plazo sobre la salud renal de los pacientes de nuestra unidad. Por lo que vigilar en hospitalización a pacientes con LRA de manera estrecha podría disminuir la mortalidad, incluso disminuir o controlar las comorbilidades que entorpecerían la evolución de la LRA durante el trascurso de una enfermedad aguda con necesidad de tratamiento sustitutivo renal en cualquiera de sus modalidades. Una estrategia de seguimiento a estos pacientes podría disminuir el impacto económico en los servicios de salud así como sobresaturación de los servicios de hospitalización y aumentar la sobrevida de la población en riesgo.